• Ir a navegación principal
  • Ir al contenido principal

Javier Galbeño

Psicólogo y psicoterapeuta

  • Artículos
  • Psicoterapia
    • Problemáticas
    • Primeras entrevistas
    • Tratamiento de niños
    • Tratamiento de adolescentes
    • Tratamiento de adultos
  • Sobre mí
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

Sobre cómo recibimos a los pacientes que llegan a nuestra consulta

Por Javier Galbeño - Tiempo de lectura: 3 mins.

Cuando una persona decide buscar ayuda profesional, posiblemente ya lleve un tiempo pasándolo mal y cargando con un malestar del que no se ha podido librar pese al paso del tiempo y a la ayuda de las personas allegadas.

Llega a nuestra consulta y planteamos unas primeras entrevistas, donde además de recoger información, se intenta construir un espacio seguro y confiable para hablar de manera libre y tranquila. Ya ahí, en esos primeros momentos, la escucha del psicoterapeuta psicoanalítico trata de recoger el afecto, la emotividad y el contenido de su pensamiento o ideaciones, para poder ayudarle a conocerse mejor a sí mismo.

Escuchamos, atentos no solo a la palabra dicha. Escuchamos, aun cuando no entendemos. Mantenemos la escucha abierta y disponible, incluso cuando es un poco más dificil escuchar y podría resultar más fácil responder cualquier otra cosa que tapone la reacción emocional que podría provocar en nosotros. Hablamos con nuestros pacientes. Abrimos preguntas y no cerramos con respuestas para escapar a la dificultad propia de contener en algunos momentos la angustia de quien nos habla. Lo hacemos así, porque entendemos que son significativos los afectos y los mensajes que hay tras las palabras de nuestros pacientes. Es importante darles sentido, y usamos también nuestra palabra para ello.

Para trabajar así, no es suficiente la formación teórica aunque sí muy necesaria. Para poder escuchar y contener cuando la angustia se desborda, es fundamental el trabajo previo personal del propio psicoterapeuta, con un psicoanalista de mayor experiencia. De esta manera es como se amplía la escucha, la capacidad de contener y se evita la huida a la racionalización superficial de las dificultades que llegan a nuestros despachos.

Se le da al paciente, antes de comenzar el tratamiento, una devolución, donde tratamos de integrar los aspectos de la demanda manifiesta, que es lo que les trae en principio a nuestra consulta; junto con las demandas latentes existentes y directamente relacionadas con el malestar. Es necesario poder construir una relación de confianza con el paciente, a partir de la cual, poder entender las causas de ese malestar para esa persona, así como ayudarle a descubrir nuevos sentidos a su situación.

Planteamos un marco de trabajo que supone una serie de asuntos que debemos tener en cuenta si iniciamos el tratamiento. Por ejemplo, en qué condiciones trabajaremos, cómo va a ser y en qué va a consistir. Y en algunos casos, nos volveremos a remitir a este marco de trabajo cuando sea necesario para integrar aspectos que puedan estar en juego en ese momento del tratamiento.

No damos pautas, consejos o soluciones rápidas, ya que no se sostienen con el paso del tiempo. Entendemos que es como un iceberg, donde hay una parte que sobresale (el síntoma) y hay otra más grande que no se ve, que es la que sostiene lo que está en la superficie. En esta metáfora, la parte sumergida correspondería al inconsciente que repite y repite, algunas veces intentando resolver asuntos del pasado que reaparecen hoy con una forma diferente.

Hay ciertas cuestiones que se vienen repitiendo a lo largo de la vida de las personas y que a pesar del sufrimiento que esto les causa, todavía no han conseguido hacer nada distinto con ello. Es importante poder acercarse a ese contenido latente del inconsciente para poder integrarlo y elaborarlo, dando lugar a algo distinto, que no sea la pura repetición.

Es necesario, poder aumentar las capacidades y ayudar a encontrar un sentido propio a su experiencia, para que ese síntoma o malestar desaparezca. Y mediante transformaciones progresivas a través del proceso psicoterapeútico, es como se va logrando integrar distintos aspectos de uno mismo y de su mundo interno, que permitirán afrontar las dificultades de la vida de una manera distinta a como sentían que lo venían haciendo. Un conocimiento profundo de su propia emotividad, y no una racionalización de sí mismo, es lo que permite el cambio en el proceso de la psicoterapia psicoanalítica. 

Únase al Newsletter

¡Gracias por leer hasta aquí! Suscríbase a "El Líder y el Diván" para recibir en su correo los últimos artículos sobre liderazgo, organizaciones y psicología.
    Al confirmar la suscripción, usted acepta recibir correos electrónicos de parte de Javier Galbeño Bravo. Cancele su suscripción en el momento que usted quiera. No le enviaremos Spam. Respetamos su privacidad. Lea nuestra Política de privacidad.​
    Built with ConvertKit

    Copyright © 2021 · Javier Galbeño · Málaga - Marbella

    Política de Privacidad - Política de Cookies - Avisos Legales

    • Twitter