Nuestra mente va lidiando cada día con muchas experiencias a las cuales debe darles sentido. Si, de repente, el sistema se ve desbordado y no es capaz de atender aquello que le va llegando, podemos decir que se corre el riesgo de que se convierta en traumático.

Los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación. En los momentos difíciles y ante la incertidumbre, algunas personas responden a los problemas de forma creativa. El esfuerzo está puesto en seguir adelante con sus vidas, con sus trabajos y sus actividades, en esta ocasión, desde casa. Algunos programas de televisión han cambiado los platós por espacios virtuales, muchos artistas están ofreciendo conciertos desde sus casas vía Instagram y el gimnasio ha llegado al salón de muchos hogares a través de las videollamadas.
El deseo de vida empuja a que sigamos adelante. Sin embargo, en algunos casos vemos que se complica cuando ciertas situaciones se vuelven muy intensas.
1) El miedo a contagiarse o a que se contagien nuestros seres queridos;
2) las experiencias tan duras que viven los profesionales implicados y las familias en las que hay casos;
3) el efecto que está teniendo en los empresarios y trabajadores, en sus ingresos y el temor a una crisis económica;
4) la restricción de movimientos y el sentimiento de privación de libertad, etc.
Son todas situaciones que pueden llevar nuestra capacidad de pensar al límite. Cuando vivimos un momento como el actual tenemos que hacer un esfuerzo importante para protegernos.
La capacidad psíquica de cada persona es fundamental para encontrar dentro de uno mismo herramientas de pensamiento que le ayuden a afrontar lo mejor posible esta situación. En momentos así, se corre el riesgo de que experiencias anteriores que se vivieron como traumáticas durante el momento del desarrollo, se reactiven haciéndolo todo más complicado.
Por otro lado, es también una oportunidad. Se puede enfrentar de forma activa aquello que en otros momentos hubo que vivir de manera pasiva.
Nuestros hábitos y costumbres se están viendo afectados. Por ello es importante mantener una rutina y no abandonarse. Los límites nos cuidan y nos protegen también en nuestro hogar. Sería necesario definir qué vamos a hacer cada día, qué cosas vamos a comer que beneficien a nuestro cuerpo, sin olvidar que también hay que alimentar nuestra mente.
Tolerar la no satisfacción inmediata y disfrutar en la espera pensando en aquellas cosas que haremos luego o cuando la situación se revierta, es importante para la vida. En este momento de confinamiento es algo que tenemos la oportunidad de trabajar.
Sabemos que las emociones influyen en nuestro sistema inmune. Por lo tanto, aprender a escucharnos, entender qué sentimos y qué necesitamos se vuelve muy necesario en estas circunstancias. Tenemos una oportunidad que debemos aprovechar para conocernos mejor y estar más en contacto con quien realmente somos.
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